No, yo no empecé en mi trabajo actual por vocación y ni siquiera me gustaba. De hecho, si digo que trabajo como telemarketer, la mayoría asumirán que se trata de un trabajo temporal que hago porque no tengo otra cosa. Efectivamente, así empecé: necesitaba trabajo y salió la oportunidad.
En mis inicios, todo fue bastante negro. Entré con el pie cambiado en la empresa, precisamente porque solo pensaba en el dinero en aquel momento: lo necesitaba rápido, pero el medio no me parecía adecuado. Además, no tenía ninguna experiencia en este ámbito, ni siquiera había trabajado en una tienda de cara al público: no llevé nada bien el rechazo y fueron semanas deprimentes.
A los tres meses cambié de empresa: el sitio en el que trabajaba fue absorbido por otra firma mayor y nos cambiaron de puesto. El caso es que yo también cambié de actitud gracias también a que me encontré con un jefe de equipo muy estimulante. Nos ofreció un argumentario de ventas telemarketing que supondría la base de mi trabajo durante mucho tiempo: se trataba de humanizar mi trato con el cliente tratando de ser breve, directo y respetuoso.
Y cuando empezaron a llegar los primeros éxitos fue cuando dejé de pensar en aquel trabajo como un medio para conseguir dinero. Me di cuenta que no sabía cuánto tiempo iba a pasar allí y que la mejor forma de abordar cualquier trabajo es tratar de hacerlo lo mejor posible. Poco a poco fui haciendo amistad con mis compañeros, otra de las claves para que sentirse mejor en un puesto de trabajo.
Dos años después de entrar a trompicones en el sector del telemarketing puedo decir que no tengo pensando abandonar. Actualmente yo mismo soy jefe de equipo aunque todavía hago labores directas de telemarketer si exista la necesidad. Sigo usando el mismo argumentario de ventas telemarketing que nos impuso mi anterior jefe, una fórmula de ‘eficacia probada’ como decía aquel anuncio. No sé dónde estaré dentro de otros dos años, pero si dejo este sector, mi experiencia aquí me servirá para abordar con una actitud más constructiva cualquier trabajo.