No hace muchos días una de mis tías me preguntaba si tomaba leche, y mi respuesta fue que ya hace unos dos o tres años que no tomo nada de leche. No es por nada en especial, pero nunca es que haya sido un fan de la leche. De niño para poder tomarme la leche del desayuno tenía que echarle bastante cola cao para que la leche me supiese bien. Todos los días mi madre tenía la misma batalla conmigo para que me tomase la leche.
Pero yo en esto no es que sea un buen ejemplo, pero conozco a gente que en este sentido es completamente diferente a mi. Mimadre siempre me contaba cuando era un niño que el marido de mi madrina y su hermano tenían peleas por tomarse la nata que se formaba encima de la leche de pastoreo después de calentarla. A mi esto me parecía algo muy raro, porque yo siempre quitaba esa nata de mi leche, no me gustaba ni verla delante. Y también conozco a mucha gente que les encanta la leche hasta tal punto que ya se la beben directamente del brick o de la botella. Personalmente eso es algo que nunca podré hacer, ya que la leche así directamente del recipiente no se me hace apetecible.
Menos mal que el queso sí que me gusta porque sino no tomaría nada de leche y el calcio de la leche es muy necesaria para el correcto crecimiento de los huesos y para que se mantengan fuertes.
Conozco a un señor que venía a la piscina del gimnasio conmigo y el señor tenía un problema con sus huesos ya desde joven, y daba igual que tomase mucha leche, sus huesos no aceptaban el calcio y se rompían con mucha facilidad. El señor, que casualmente me lo encontré en la calle la semana pasada,me comentó que su problema se los huesos seguía como siempre, porque esa enfermedad que tiene en los huesos ya no la van a poder curar y va a tener que vivir con cuidado el tiempo que le quede en este mundo, no hay nada que se pueda hacer.