La carta de un restaurante o de un mesón tiene que variar según sea verano o invierno. Siempre hay alimentos frescos que los clientes piden y que son más propios de una época que de otra, como por ejemplo los guisos y platos de cuchara para el invierno y las ensaladas y ensaladillas para el verano.
Pero hay otro tipo de platos que todo el año se consumen y que gustan prácticamente a todo el mundo, como los calamares a la romana o los chipirones fritos o a la plancha. Y tenerlos siempre en stock es importante independientemente que estén o no a buen precio en la plaza. Por eso, lo mejor es contar con un buen distribuidor de cefalopodos congelados para hosteleria que ofrezca este tipo de productos siempre con unas garantías de calidad y a un precio estable.
Esto permite, por un lado, no tener que variar los precios de la carta. Si durante algún tiempo se pueden conseguir estos productos frescos a buen precio, puede ofrecerse esta opción a los clientes. Pero siempre es bueno contar con producto congelado para que si se termina la existencia de frescos se pueda continuar con las ventas de los congelados.
Los cefalópodos que nos venden en muchos de los supermercados a los que acudimos son productos descongelados. Solo hay que leer la etiqueta para verlo. Por tanto, la mayoría de las veces que los comemos en nuestro hogar son productos congelados. Y todos sabemos que su sabor es estupendo y que la calidad no se resiente.
¿Por qué iba a suceder lo contrario en nuestro bar o mesón favorito? Si el producto se descongela correctamente y se cocina con calidad, el sabor será muy bueno y se podrá disfrutar de los productos del mar que más nos gustan sin tener que pagar demasiado por ellos ni estar a expensas de que haya o no haya algo fresco en la plaza esa mañana.
Todos sabemos que hay locales que se hacen famosos por un plato estrella. Tal vez el tuyo pueda resaltar por los chipirones a la plancha con una receta muy especial, o por unos deliciosos calamares y sería una verdadera lástima que no pudieras servirlos siempre y sin problemas. Con un buen stock de congelados, no tendrás que decirle a ningún cliente que ese producto de la carta no está disponible.