Solemos decir que hay cosas en esta vida que no tienen precio, como todo lo referente a la salud. Pero ¿es realmente así? Lo cierto es que tiene precio y a veces excesivamente elevado. Un ejemplo es la salud dental. No son pocas las personas que retrasan las visitas al dentista más de lo debido porque no pueden pagar los altos precios de estos profesionales.
Pero retrasar la visita al odontólogo solo puede tener repercusiones negativas para la boca. Para cuando se acude, lo que tal vez era una pequeña caries inicial puede ser un problema más serio como una infección o una pieza que ya no puede ser salvada.
Por eso es importante sentarse en familia y hablar sobre el precio de un seguro dental familiar completo para escoger el que mejor cubra las necesidades de todos los de casa y permita una mayor comodidad a la hora de efectuar los pagos.
Normalmente, se encuentran dos tipos de seguros. Unos son los que cubren muchas prestaciones, algunas que quizás ni siquiera se van a usar y tienen un copago muy bajo. Pero, a cambio, unos recibos mensuales altos. Este tipo de seguros pueden ir bien para quienes tienen que realizar muchas visitas al dentista y, por tanto, prefieren pagar más de forma fija y que el pago de la parte variable sea el menor posible para evitar sorpresas.
Este tipo de seguro es el favorito de quienes tienen niños, ya que estos suelen necesitar visitas muy frecuentes a la clínica del dentista para comprobar que sus dientes crecen correctamente, para prevenir caries y para colocarse correctores en el caso de que sean necesarios.
Por otro lado, encontramos seguros con una cuota más baja pero un mayor copago por cada servicio. Este tipo de seguros son ideales para matrimonios o personas solteras que acuden al dentista a realizar sus limpiezas y revisiones anuales pero que tienen una buena salud bucodental y no suelen necesitar demasiadas visitas, más allá de alguna caries ocasional o una infección circunstancial.
Conocer las necesidades de la familia será el primer paso para elegir el tipo de seguro dental y conseguir un buen precio. Porque, aunque la salud de tu boca sí tiene precio, el que este sea razonable y fácil de pagar va a ayudar mucho a que no sea un factor determinante para ir al dentista.