Los lacteos ecologicos certificados son los más saludables que te puedes encontrar hoy en las estanterías del supermercado. Pero ¿es real esta garantía o se trata de una moda más? Vemos qué se exige para dar un certificado de producto lácteo ecológico:
-El pasto del que se alimentan las vacas tiene que ser ecológico. No se aceptan otro tipo de pastos que aquellos tradicionales. Es decir, la hierba de toda la vida que las vacas han comido siempre en cada zona y lugar.
-Además, sin químicos. Para que la comida de las vacas sea de primera calidad, no se permite que estos pastos estén tratados con químicos, de esta manera se evita que las vacas, al comerlo, los introduzcan en la cadena alimenticia a través de la leche.
-El pastoreo, como forma de alimentación. En el caso de los lácteos ecológicos, el pastoreo va a ser la manera de alimentarse todos los días del año, excepto aquellos en los cuales las condiciones meteorológicas desaconsejen que las vacas puedan salir. Pero no confundamos la leche ecológica certificada con la de pastoreo, porque las condiciones de los productos ecológicos son más exigentes, limitando todavía más el número de animales por hectárea de terreno y obligando a que disfruten más horas de pastar en libertad.
-No se permiten antibióticos salvo casos justificados. Mientras que la leche de pastoreo sí que permite antibióticos preventivos en algunos casos, en la leche ecológica la vaca solo puede ser tratada en caso de enfermedad real y con un control riguroso que hace que no pueda haber presencia de los medicamentos en la leche.
-Mejores establos. No solo se regulan las condiciones de los animales fuera de los establos, sino también en el interior. Se marca el tamaño mínimo de los establos y las condiciones en las que deben de vivir los animales. El bienestar animal es fundamental en este tipo de productos, no solo porque una vaca “feliz” da mejor leche, sino porque existe una conciencia ecológica que incluye el respeto por los animales y el evitar la sobre explotación de los mismos.
-No se permiten los partos excesivos. Dentro de lo anteriormente dicho, se prohíbe que las vacas estén siendo inseminadas constantemente para poder dar leche siempre. Por el contrario, se fijan descansos entre un parto y la siguiente inseminación a fin de garantizar la completa recuperación del animal y que se mantenga su salud.