- Menor afluencia de gente. Aunque en primavera ya hay muchos visitantes en las Cíes no es comparable a cómo se ponen en verano. El número de personas que pueden acudir a las Cíes está limitado, pero aun así, si se busca el mejor equilibrio entre buen tiempo y espacios casi vacíos, la primavera es el momento adecuado. Si además eliges un día entre semana, todavía habrá menos gente y podrás disfrutar de muchos rincones prácticamente a solas.
La naviera que hace las rutas ofrece mar de ons cies horarios de mañana y de tarde que son ideales para poder pasar todo el día, aprovechando desde primera hora o acudiendo más tarde. Solo hay que planificar bien la escapada, llevar ropa y calzado cómodos y, sin olvidar que es Galicia, una chaqueta para que al caer la tarde, si bajan las temperaturas, no nos pille de sorpresa alguna brisa marina un poco fresca de más, especialmente en el barco de vuelta.
- Mejores temperaturas. En verano el tiempo es ideal para tumbarse en la playa y disfrutar del sol, pero en primavera la temperatura es la mejor para pasear y hacer alguna de las rutas de senderismo que atraviesan la isla. Si se pasa el día completo en la isla dará tiempo a disfrutar de caminar y también a tumbarse al sol en las horas de más calor si el día es bueno. Una forma de disfrutar del deporte suave y de cargar las pilas cuando comienzan los días en los que un baño de sol es todo un placer.
Los amantes del senderismo siempre prefieren la primavera y el otoño para realizar las rutas porque saben que es cuando el cuerpo responde mejor, pudiendo caminar sin sudar demasiado y sin fatigarse en exceso por la acción del calor. Pero en primavera, además, la naturaleza está en su punto más exuberante.
- Días más largos. No olvidemos que los días son mucho más largos en primavera. Hasta San Juan los días crecen y a partir de esa fecha comienzan a decrecer, por lo que en mayo y junio disfrutaremos de los días más largos. Esto es perfecto para poder ir a las Cíes durante todo el día y volver todavía con luz del sol para pasear, cenar en una terraza y alargar el paseo tanto como se quiera sin que nos caiga la noche encima.