No hace muchos días que uno de mis amigos me pidió ayuda para que le ayudase a cambiar una persiana que se le había roto en casa y no tuve ningún inconveniente en ayudarle pero cuando fuimos a colocarla nos dimos cuenta de que esa persiana ya no servía y que íbamos a tener que buscar una persiana que le valiese en su ventana. En internet encontramos unas persianas baratas que le parecieron buenas a mi amigo y al final las compramos y se las colocamos en un momento, no tardamos casi nada. Aunque el problema que tenía mi amigo con la persiana era un daño menor en su casa, ya que tiene el piso bastante envejecido y no ha invertido ni un solo euro en adecentar su piso. Ahora parece que ya le hemos convencido para que por lo menos le dé unas manos de pintura al piso, que hay que decir que le hace mucha falta. A los pisos hay que cuidarlos como si fuese una persona y cuando algo se le rompe o se estropea hay que arreglarlo. Personalmente no concibo vivir en un piso tal y como él lo tiene. Se nota mucho que sus padres ya no viven en ese piso porque si siguieran viviendo ahí estoy seguro de que el piso tendría un aspecto completamente diferente y saneado.
Pero una cosa es que este amigo mío diga que va a pintar el piso y otra muy diferente es que lo haga, porque para ir a comprar la pintura lleva ya unos cuantos meses y no parece que vaya a ser en un futuro demasiado próximo.
Entre los amigos ya le hemos dicho que le ayudábamos a pintar el piso pero al parecer ni aunque le ofrezcas toda nuestra ayuda parece que quiere empezar a pintar.
El problema es que mi amigo es un poco vago y por las tardes en lugar de ir empezando poco a poco prefiere dormir la siesta durante toda la tarde, por eso sabemos que mucho habla de pintar pero que no creemos que lo vaya a hacer en realidad.