¿A quién no le apetece parecer más joven? Sobre todo una vez que se pasa la barrera de los cuarenta y comienzan a hacerse visibles las huellas de la edad en la piel. Lo ideal es comenzar a actuar justo antes de que esto ocurra, retrasando así el proceso de envejecimiento y ralentizándolo para conseguir un mejor aspecto durante más tiempo.
Visitar a un dermatólogo especialista tratamientos cara es el primer paso para tratar la piel de la manera más adecuada. Lo primero que nos harán será un análisis del tipo de piel que tenemos, para saber qué productos pueden ser mejores para su cuidado. Las pieles más secas precisarán de una hidratación más intensa, mientras que las grasas, de productos específicos para evitar los granos y el acné. En el caso de las sensibles, habrá que analizar muy bien los componentes de las cremas y, tal vez, añadir ingredientes como la camomila que calmen las rojeces que pueden aparecer.
Una vez elegido el cuidado básico para la piel, es el momento de elegir un tratamiento más intenso para los problemas específicos que se quieran tratar, como las marcas de la edad, las arrugas o la falta de elasticidad de la piel. Otro de los síntomas propios de la edad es que el óvalo del rostro se va desdibujando y la piel se cae ligeramente en la zona de las mejillas, que pierden tersura y parecen ligeramente vacías.
Además de los tratamientos cosméticos existen otros retoques que, sin suponer un paso por el quirófano, pueden ayudar a mejorar el aspecto del rostro. Los peelings químicos, por ejemplo, pueden ayudar a limpiar a fondo la piel y que los tratamientos penetren mejor. Las inyecciones de ácido hialurónico son la solución más utilizada para devolver a las mejillas su relleno y darle a la cara un aspecto mucho más joven. Además, al rellenar la piel, las arrugas se alisan.
El colágeno también se utiliza, sobre todo para rellenar los labios. Esto no se hace solo con el propósito de agrandarlos, sino para alisar las arruguitas que se van formando en los bordes, que se conocen popularmente como código de barras y que pueden aparecer de manera muy prematura en personas fumadoras.
Son muchas las alternativas al quirófano que respetan tu aspecto natural consiguiendo que se te vea más joven y que, además, no son permanentes, por lo que no tendrás que arrepentirte nunca de nada.