Tengo uno de mis amigos que es un enfermo de los coches, casi solo puede pensar en los coches durante todo el día. En su casa cuando vas al baño puedes ver una pila de revistas de coches que él estudia mientras está en el baño. Cuando encendemos el ordenador para ver cualquier cosa él enseguida se pone a ver coches. Le da igual que sean coches nuevos, coches de segunda mano, mientras sean coches a él le van a gustar. Él ya tiene suficientes coches, y seguro que no tiene más porque no tiene donde meterlos, pero para su última adquisición tuvo que hacer sitio, encontró en internet un día un Coche pontevedra y se enamoró, con lo que no le quedó más remedio que comprárselo, menos mal que era de segunda mano y era barato, sino su mujer le echa de casa a él y a sus coches.
Pero al parecer mi amigo no es el único así, conozco a muchos que en cuanto se ponen a hablar de coches se olvidan de el resto del mundo. Tenía unos amigos cuando era joven que cuando ibas a su casa tardabas horas en poder salir de allí porque se ponía a enseñarte vídeos antiguos de rallys de hacía un montón de años, y se ponía a explicarte todos y cada uno de los coches que salían en esos vídeos, pero como a mí también me gustan los coches veía los vídeos con gusto.
En la televisión también se pueden ver un montón de programas relacionados con el mundo de los coches, sobre todo de arreglar coches antiguos para así poder venderlos a un precio mucho más caro. A mi me gustaba mucho un programa que ponían en la MTV en el que la gente les envíaba vídeos de sus coches y al final escogían el coche más hecho polvo, para transformarlo en un cochazo lleno de pantallas de televisión, no sé qué obsesión tienen los de ese programa en colocar cada vez más pantallas de televisión, se les olvida que la función principal de los coches es trasladarnos y no para ver la televisión.