Cada tipo de escalada precisa de su anclaje

por | 9 diciembre, 2017

Si te gusta la escalada seguro que ya conoces los anclajes escalada que hay en el mercado. Los anclajes son una parte fundamental en la seguridad de esta práctica deportiva y por ese motivo es muy importante escogerlos correctamente. La experiencia es el mejor consejero en estos casos, pero si no tienes claro que anclajes son los más adecuados lo mejor es que consultes a los compañeros con más experiencia para que te ofrezcan su consejo. Especialmente si ellos ya han escalado en el lugar al que vas y, por tanto, conocen las peculiaridades del terreno.

En la escalada deportiva existen tres tipos principales de anclaje: espits, parabolts y químicos. Los espits fueron los primeros anclajes de tipo deportivo de tipo moderno y fueron todo un avance en su momento. Sin embargo, hoy por hoy están totalmente desfasados y ya no se consideran seguros, por lo que no solo no se recomienda llevarlos a ninguna salida, sino que tampoco se recomienda usar los que se puedan encontrar en una vía.

El parabolt es parecido al espit pero el tornillo con el que se une a la roca es tres veces más largo, lo que nos hace ver lo que se ha evolucionado en cuestión de seguridad. Evidentemente, tiene el problema de que al ser tan largo suponer un verdadero esfuerzo el colocarlo en la roca, pero la mayoría de los escaladores están muy contentos con este tipo de anclajes y son los que prefieren.

Los anclajes químicos son los más modernos. Son también los más seguros, pero necesitan de una cierta experiencia para colocarlos porque tienen que ir exactamente en el lugar indicado. A la vista queda tan solo un aro metálico, pero lo cierto es que en el interior de la roca hay metal a gran profundidad que garantiza que no se van a producir accidentes.

En los puntos más peligrosos lo normal es que haya dos puntos de anclaje para que existan las máximas garantías de seguridad. Y es que escalar es toda una aventura y se descarga muchísima adrenalina, pero ni mucho menos quiere eso decir que no se tengan muy en cuenta todas las normas de seguridad.

La escalda, cuando se hace bien, es un deporte si no seguro al menos con riesgos controlados en el que siempre se trata de minimizar el riesgo y conseguir la máxima diversión.