Si decides contratar a un especialista en diseño de interiores antes de realizar la reforma del local para tu negocio no te vas a arrepentir. Seguro que tú tienes más o menos una visión clara de lo que quieres, pero cuando hables con el experto puedes descubrir que hay otras maneras de enfocar las cosas o pequeños matices en los que no habías pensado y que cambian por completo la forma de ver el resultado final.
No se trata tan solo de aprovechar mucho mejor el espacio, algo realmente importante cuando el local es pequeño, sino de conseguir que todo encaje como en un puzle de la manera más cómoda para el trabajo diario. A veces se toman decisiones basadas únicamente en la estética que después afectan a la manera en la que se desarrollan las tareas de todos los días. ¡Cuánto tiempo se pierde a veces debido a este tipo de distribuciones que no se han meditado con calma!
Si el establecimiento está abierto al público hay otro punto fundamental, que es el de conseguir el ambiente adecuado y transmitir la imagen que se pretende dar. Por ejemplo, un despacho de abogados en el que se quiere dar una imagen profesional pero a la vez cercana, en el que haya salas de espera cómodas y agradables para quienes aguardan y despachos luminosos y acogedores pero que a la vez preserven la intimidad de las conversaciones.
Las salas de espera son el punto débil de despachos y clínicas. En ellas, el cliente tiene que esperar, a veces durante largo rato, en una silla incómoda y en una habitación que muchas veces tiene un aspecto demasiado desangelado. Esto hace que la persona, desde que llega hasta que ve a quién haya ido a visitar, esté llevándose una mala impresión del establecimiento y vaya ya con una predisposición negativa.
Una sala de espera moderna, acogedora, cómoda y que tenga algún servicio de cortesía básico, como una máquina para poder beber agua fresca, dará una mejor imagen del establecimiento. Por supuesto, todo ello combinado con orden, limpieza y luz.
Los despachos o las salas del negocio también tienen que mantener esa misma línea. Los asientos de cortesía deben de ser cómodos, el aspecto del despacho debe de ser moderno y muy acogedor y es importante que haya una buena distribución para que todo se vea ordenado y en su sitio.
El toque de un interiorista es fundamental y marcará la diferencia entre un negocio normal y uno que llame la atención del cliente de manera muy positiva.