Siete de cada diez mujeres en el mundo los utilizan, siendo una de las joyas más populares, idóneas para cualquier ocasión: los pendientes dan a su portadora una distinción y elegancia que difícilmente podría obtener con una prenda u otro complemento.
Antes de elegir al fabricante joyero para pendientes con mejor relación calidad-precio, es importante formarse una idea del modelo que se desea. La forma del rostro es uno de los criterios más comunes.
Por únicos que nos parezcan los rasgos faciales, se acepta la generalidad de que los rostros pueden clasificarse en cinco tipos: cuadrados, redondos, ovalados, alargadas y de diamante. En primer lugar, las caras cuadriformes se adaptan bien a pendientes de formas redondas o esféricas, ya que rompen con su natural angulosidad. En las caras circulares, por el contrario, sientan mejor los pendientes de diseño geométrico.
Respecto a las caras alargadas, es recomendable decantarse por pendientes redondos o de aro. Mayor cuidado hay que poner con las caras de diamante, pues el diseño del pendiente debe amoldarse a esta forma. Lo opuesto sucede en los rostros ovalados, cuya estética no se resiente con ningún tipo de pendiente.
El cabello y su peinado también influyen en la idoneidad de los pendientes. En los pelos lisos, se aconsejan piezas con presencia y volumen; en melenas rizadas, los pendientes largos y lineales pueden dar una pincelada distinta, evitando la monotonía.
Atendiendo a su peinado, los moños altos se verán realzados con el uso de pendientes largos y sencillos, sin adornos que recarguen su apariencia. En cambio, las coletas toleran mejor los pendientes llamativos, siempre y cuando no sean demasiado grandes.
Por otra parte, el vestido puede ser un condicionante severo. La concordancia entre el color del pendiente y de las prendas es una apuesta segura. En cuanto al corte y longitud de la tela, es arriesgado optar por un contraste entre ambos elementos; en su lugar, se escogerán pendientes con rasgos similares a los del vestido.