No siempre es bueno pedir una segunda opinión. Generalmente se llega a ese punto cuando la ‘primera opinión’ no nos ha dejado muy convencidos. El ‘problema’ llega cuando la segunda opinión es diferente a la primera. Entonces nos enfrentamos al dilema de a quién hacer caso. De cualquier forma, si no estamos seguros de la opinión de un médico sobre un asunto de salud, lo indicado es ampliar la información para tener más puntos de vista para evaluar el problema. Al fin y al cabo, no somos expertos en la materia y debemos confiar en los que sí lo son.
Cuando hace unos años me decidí a contratar seguro de adeslas, una de las principales razones que me llevó a ello fue justamente el hecho de poder escuchar a diferentes expertos sobre un mismo problema. En la sanidad pública también se puede, pero obviamente el tiempo de espera es mucho mayor. Y, en ocasiones, los problemas de salud no admiten tanta espera, sobre todo a nivel de incertidumbre sobre cuál es el mejor camino a seguir.
Recientemente me hice una resonancia magnética por otro problema y me detectaron una hernia umbilical. La cuestión es que también me había hecho un TAC hacía poco tiempo y no había aparecido la hernia. Cuando consulté con un cirujano que ya conocía de otras ocasiones me dijo que la mejor opción era operarlo ya. Teniendo en cuenta que hacía menos de un año que me había operado de otra hernia, la verdad es que no me vi con muchas ‘ganas’ de meterme otra vez en el quirófano. Y es que las operaciones, aunque sean sencillas, siempre suelen conllevar un postoperatorio bastante latoso.
De esta forma, y como ya había previsto al contratar seguro de adeslas, busqué una segunda opinión para cerciorarme de que la mejor opción era operarlo ya y no esperar. En caso de que el segundo cirujano confirmara la opinión del primero, tendría que hacerlo. Pero sucedió lo contrario, y ahora es cuando surgen las dudas. Por eso no siempre se consigue superar la incertidumbre al buscar una segunda opinión: a veces aumentan las dudas.