Cómo las nuevas tecnologías promueven el envejecimiento activo

por | 30 octubre, 2025

Disfrutar de un envejecimiento activo y saludable es la meta de los mayores de sesenta y cinco años, un grupo demográfico que supera ya las nueve millones de personas en España. Se prevé que las nuevas tecnologías desempeñen un papel significativo en este proceso. Los asistentes virtuales, las cerraduras inteligentes o el reloj avisador personas mayores serán fundamentales para materializarlo y lograr que este colectivo alcance la salud, seguridad e inclusión social que necesita.

El envejecimiento activo ha sido descrito por la OMS como un «proceso en que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen». El boom tecnológico no beneficia solo a las nuevas generaciones, y la prueba evidente está en los relojes y pulseras teleasistencia.

Estos dispositivos están equipados con sensores que monitorean la frecuencia cardíaca y otras constantes vitales del usuario, manteniéndolo localizado para sus allegados y cuidadores gracias al posicionamiento GPS. Determinados modelos disponen de detección de caídas que emiten una alerta cuando el adulto mayor sufre una emergencia o acciona manualmente el botón SOS.

El mercado de los asistentes y altavoces inteligentes también representa una oportunidad para estos colectivos vulnerables. Incluso los productos dirigidos al público general (Google Assistant, Amazon Echo, etcétera) hacen la vida más fácil a los mayores: responden a sus consultas, les ayudan a gestionar los electrodomésticos, envían recordatorios relacionados con la medicación, etcétera. Asimismo, pueden paliar el sentimiento de soledad al escuchar sus peticiones y mantener una conversación coherente.

Las cerraduras inteligentes también promueven el envejecimiento activo, al proporcionar un mayor control sobre los accesos y salidas de la vivienda y mantener informados a los familiares sobre sus movimientos. Su objetivo no es vigilar o restringir la autonomía del anciano, sino velar por su seguridad durante las veinticuatro horas del día.