Protección sobre ruedas que dice mucho de ti

por | 1 abril, 2025

Hay pocas sensaciones comparables a la de rodar en moto. Esa mezcla de libertad, conexión con la carretera y el paisaje, la adrenalina justa… es algo que engancha. Pero seamos realistas, esa maravillosa sensación viene acompañada de una responsabilidad ineludible: nuestra seguridad. Y cuando hablamos de seguridad en moto, hay un elemento que es, literalmente, vital: el casco. No es un simple accesorio, es la pieza más importante de nuestro equipamiento, la barrera entre nuestra cabeza y el asfalto. Elegir el casco adecuado no es una decisión que deba tomarse a la ligera, y aunque la seguridad es lo primero, ¡quién dice que no podemos ir protegidos y con estilo! Encontrar el casco moto Lugo perfecto implica buscar ese equilibrio entre protección certificada, comodidad para nuestras rutas y un diseño que refleje nuestra personalidad motera.

Lo primero y más importante, antes siquiera de mirar colores o formas, es la seguridad. Y seguridad, en el mundo de los cascos de moto en Europa, se traduce en una palabra: homologación. Actualmente, la normativa vigente es la ECE 22.06, bastante más exigente que su predecesora, la 22.05 (aunque los cascos con esta última aún son legales si se compraron antes de la entrada en vigor de la nueva norma para su fabricación y venta). ¿Qué significa esto? Que el casco ha pasado una serie de pruebas rigurosas de impacto, retención, visión periférica, etc., que garantizan un nivel mínimo de protección. ¿Cómo saber si un casco está homologado? Busca la etiqueta blanca cosida en la correa de sujeción: debe llevar una ‘E’ dentro de un círculo (indicando que cumple la normativa europea), seguida de un número que identifica el país donde se homologó (el 9 es España, por ejemplo) y, crucialmente, la referencia a la norma (22.06 o 22.05). ¡Huye como de la peste de cascos sin esta etiqueta o con pegatinas sospechosas! Comprar un casco no homologado o una imitación barata es jugarte la vida tontamente.

Una vez asegurada la homologación, toca elegir el tipo de casco que mejor se adapta a tu estilo de conducción y a tus necesidades. El rey indiscutible de la seguridad es el casco integral o full-face. Como su nombre indica, cubre toda la cabeza, incluyendo la cara y la mandíbula gracias a su mentonera fija. Es la opción más recomendable para casi cualquier tipo de uso, desde deportivo hasta viajes largos. Dentro de los integrales, hay variaciones más enfocadas a circuito (muy aerodinámicos, ajustados, a veces más ruidosos) o al touring (más cómodos para largas distancias, mejor ventilados, a menudo con visor solar integrado). Luego tenemos los modulares o abatibles (flip-up). Su gran ventaja es la comodidad: la mentonera se puede levantar, lo que viene genial en paradas, para hablar, etc. Son muy populares para turismo y ciudad. Eso sí, asegúrate de que tenga la doble homologación P/J si quieres circular legalmente con la mentonera abierta (no todos la tienen y no es lo más seguro) y ten en cuenta que suelen ser algo más pesados y potencialmente un pelín menos seguros en caso de impacto fuerte que un integral de gama similar. Los cascos abiertos o tipo jet son los preferidos por los amantes de lo retro y para uso urbano a baja velocidad por la sensación de libertad que dan. Pero seamos claros: no protegen la cara ni la mandíbula, lo que aumenta muchísimo el riesgo de lesiones graves en caso de caída. Su uso debería limitarse a trayectos muy cortos y tranquilos. Finalmente, están los cascos de off-road (motocross, enduro) y los de trial, con diseños muy específicos para esas disciplinas.

Tan importante como la homologación y el tipo es el ajuste. Un casco que te baile en la cabeza o que te apriete hasta hacerte ver las estrellas no te protegerá correctamente y será una tortura llevarlo. ¡Hay que probárselo! Mide el contorno de tu cabeza (por encima de las cejas) para tener una referencia de talla (S, M, L, XL…), pero cada marca y modelo talla diferente. Cuando te lo pruebes en una tienda especializada (fundamental para acertar con tu casco moto Lugo), debe entrar justo, sin holguras. Una vez puesto y abrochado, comprueba que no se mueve si intentas girarlo lateralmente o de arriba abajo. Las almohadillas de las mejillas deben presionarte ligeramente los carrillos, sin llegar a morderte. No debe hacerte daño en ningún punto concreto (frente, sienes, nuca). Déjatelo puesto unos minutos en la tienda para asegurarte de que no aparecen molestias. Fíjate también en la calidad del interior (que sea desmontable y lavable es un plus higiénico), en el sistema de ventilación (entradas de aire frontales y salidas traseras para que circule el aire y no te ases en verano) y en el peso (un casco ligero se agradece en rutas largas).

Y por último, ¡el estilo! Una vez cubierta la seguridad y la comodidad, puedes elegir el diseño que más te guste. Hay infinidad de colores lisos, gráficos espectaculares, réplicas de pilotos… ¡para todos los gustos! Considera que los colores claros o llamativos te hacen más visible en la carretera, lo cual es un plus de seguridad pasiva. También puedes fijarte en extras como el visor solar interior retráctil (muy cómodo para cambios de luz), que la pantalla principal esté preparada para Pinlock (una lámina antivaho que es casi imprescindible en el clima gallego) o que tenga hueco para instalar sistemas de comunicación Bluetooth. Mi recomendación final es acudir a tiendas especializadas en equipamiento para motoristas en Lugo. Allí no solo encontrarás una amplia variedad de marcas y modelos homologados, sino que el personal experto podrá asesorarte sobre la talla correcta, el tipo de casco más adecuado para ti y resolver todas tus dudas. Comprar un casco es una inversión importante, y hacerlo bien es fundamental.

Elegir un casco va más allá de cumplir una normativa; es un acto de responsabilidad hacia uno mismo y una decisión que puede tener consecuencias vitales, por lo que dedicar tiempo a encontrar el modelo adecuado en cuanto a seguridad, ajuste y comodidad es primordial.