Si vas a visitar una ciudad como turista, no te cortes en disfrutar de cosas de turistas, pero solo de aquellas positivas. ¿A qué nos referimos? Te contamos qué cosas de turistas son aceptables y cuáles te convertirán en el blanco de la rabia de los ciudadanos de un lugar (dejaremos a un lado las obvias que tienen que ver con la educación y el saber estar)
Si no conoces un lugar, evita moverte en coche. Seguramente acabarás estorbando ya sea por meterte en zonas no permitidas ya sea por pararte o ir excesivamente lento para ver las cosas. De hecho, lo aconsejable es aparcar aeropuerto Santiago y no alquilar un vehículo en la ciudad a la que nos dirigimos a no ser que vayamos a realizar muchos desplazamientos a lugares situados en las afueras o nos estemos alojando en un hotel situado en el extrarradio. En estos casos, el coche puede ser necesario aunque solo para los desplazamientos importantes, quedando en un parking el resto del tiempo.
A cambio, puedes hacer cosas de turistas divertidas como subirte en el autobús turístico o en los conocidos como trenes chu-chu que hay en muchas ciudades y que recorren los lugares más emblemáticos de una forma original y que te harán disfrutar como un niño. Y sí, te está permitido saludar a los transeúntes con la mano.
Si entras a comprar en alguna tienda local evita comentarios como: “mira que barato está esto, en (sitio de dónde procedes) cuesta mucho más”. Ese tipo de comentarios no son un halago para nadie y han causado que en muchos lugares se eleven los precios en verano cuando llegan los turistas de las grandes ciudades. Parecerá que estás pidiendo a gritos que te cobren más por las cosas. Tampoco compares lugares o formas de hacer las cosas. Es algo feo cuando se visita un sitio, sobre todo para los que son del lugar. En vez de eso, trata de adaptarte a las costumbres locales y disfruta de platos o bebidas típicas, las cuales puedes alabar sin necesidad de comparar con nada.
No imites los acentos. A ti puede parecerte gracioso, pero a las personas de esa zona no, sentirán tu broma como una burla incluso si esa no fuera tu intención. En lugar de eso puedes preguntar si escuchas una expresión que no entiendes e interesarte por la cultura del lugar.