Recuerdos viajeros

por | 14 marzo, 2021

Fue en el último viaje a Cerdeña cuando hice un recopilatorio mental de todas las veces que había montado en barco. Muchas veces, cuando me aburro, me da por hacer compilaciones de recuerdos: cuántas veces he estado en tal sitio, cuántas aerolíneas conozco, o cuántas veces he montado en barco. Recuerdo que cuando era un niño el mar abierto me daba bastante respeto y navegar en barco no era algo con lo que soñara, pero con el tiempo eso cambió.

Uno de mis primeros recuerdos marineros son las excursiones en barco vigo que hacíamos con mis padres. Parte de mi familia vivía en Galicia e íbamos casi todos los veranos. Creo que ese fue mi primer viaje en barco, cuando fuimos a visitar las Cíes. Aunque ya adulto volví varias veces, nada se compara al descubrimiento de aquellas islas misteriosas y deshabitadas que me recordaban algún libro de Julio Verne. 

Supongo que con aquellos viajes le fui perdiendo un poco el miedo al mar, pero pasarían bastantes años hasta que volví a pisar un barco. Fue cuando pasamos con unos amigos de Ibiza a Formentera. Otro año fuimos con el mismo grupo de amigos de Fuerteventura a la isla de Lobos. Y después llegaron algunos viajes más allá de tierras españolas, en el Lago Costanza, en Malta, en la Costa Azul francesa, etc.

Lo cierto es que, con el paso de los años, he desarrollado una cierta nostalgia con respecto a los viajes en barco. Aunque todavía me queda embarcarme en un crucero (tal vez en mis bodas de oro) tengo que admitir que no se puede comparar a ningún otro medio de transporte. Supongo que el avión, el tren o incluso el coche tienen su atractivo, pero surcar el mar me ha ganado totalmente. 

Lo volví a comprobar en Cerdeña de camino a aquel islote en el sur de la isla, en él que recordé mis primeras excursiones en barco Vigo, cuando todavía me agarraba a las barandillas y asomaba tímidamente la cabeza por encima de cubierta. Tal vez lo siguiente sea tener mi propio barco, pero antes he de sacarme el carné de patrón…