Piscinas y medidas de seguridad cuando hay niños

por | 9 agosto, 2017

En las casas en las que hay niños las piscinas son casi obligadas. Ellos disfrutan más que nadie del agua y de los baños y se lo pasan en grande jugando en la piscina, incluso si no es muy grande. Pero esta supone también una responsabilidad, ya que todos sabemos que cada año se suceden accidentes relacionados con niños y piscinas, algunos de los cuales con fatales consecuencias.

Por eso, hay que adoptar unas medidas de seguridad respecto a niños y a piscinas:

-Siempre que sea posible, lo más seguro son los cerramientos de piscinas que las cubren por completo y que hacen que sea necesario abrir el cierre para acceder a la zona de la piscina.

-Cuando esto no es posible el área de la piscina debe de estar bien delimitada de modo que los niños más pequeños no puedan llegar hasta ella de manera accidental. Una cerca es la mejor manera de asegurarse de que los niños más pequeños no jueguen distraídamente y se caigan al agua. En cualquier caso, siempre deben de estar avisados de que no deben de jugar en esa zona.

-Si la piscina no se usa, lo mejor es que se cubra. Las cubiertas sólidas para piscina sobre las cuales se puede caminar son las más indicadas. De esta manera, aunque accidentalmente alguien juegue sobre la piscina, no se hundirá.

Los cierres de lona en las piscinas altas también son perfectamente válidos porque impiden que los niños entren en la piscina, pero cuando son a ras de suelo pueden ser peligrosos porque los pequeños pueden no fijarse y saltar sobre la lona, causando que esta se hunda y los lleve al fondo del agua.

-Los niños deben de estar vigilados por un adulto responsable durante todo el rato que estén en la piscina. Al jugar, es frecuente que no se fijen en lo que hacen el resto y no es el primer caso de un niño que tiene un accidente grave y ninguno de los que están a su alrededor se da cuenta.

No se debe de encomendar a los niños que cuiden de los más pequeños, es una gran responsabilidad y ellos también tienen derecho a jugar y a disfrutar de su tiempo de ocio. La vigilancia debe de ser tarea de un adulto, que además es quién sabe qué hacer en caso de que pase algo.