¿Cuáles son mis zapatillas?

por | 22 septiembre, 2017

Todos compramos el grueso de la ropa de los niños en ciertos establecimientos, lo que hace que muchas veces, en el cole, coincidan niños con la misma chaqueta, un jersey similar etcétera. Por eso, muchos padres han optado por marcar la ropa de sus hijos con cintas identificativas en las que está el nombre del pequeño o usando rotuladores imborrables para marcar las etiquetas.

Así es mucho más fácil distinguir de quién es cada jersey o cada abrigo, sobre todo porque al ser niños de edades similares muchos son de la misma talla, lo que hace mucho más complicado identificar a cada propietario.

Con las zapatillas ocurre exactamente lo mismo, pero es un poco más complicado identificarlas. En algunos casos se ha optado por ponerles el nombre en las plantillas, pero al sudar lo normal es que acaben borrándose, por lo que no sirve de mucho al cabo de unos días.

Los niños pequeños quitarse las zapatillas para jugar en la guardería o en el aula. O se cambian de calzado para hacer deporte. Y en estos momentos es fácil que aparezcan confusiones. Una buena forma de identificar las zapatillas de cada uno de los niños es cambiándoles los cordones que vienen de serie por otros de colores.

Los cordones de colores para zapatillas se pueden comprar en mercerías e incluso se pueden mezclar entre sí para conseguir una personalización mayor. Dado que hay muchos colores distintos las posibilidades de que dos niños elijan los mismos, sobre todo si son mezclados, son muy pocas. Así, las zapatillas estarán siempre debidamente identificadas.

Para otros objetos, como carteras, estuches o libros, lo mejor es recurrir a las cintas identificativas de tela que se cosen o se pegan. Las cintas de tela no se borran con facilidad, como ocurre con las plásticas. Y además, se pueden coser por los bordes para que queden mucho más seguras.

Si todo está debidamente identificado las cosas serán mucho más sencillas para los profesores y cuidadores que se ocupen de los pequeños y nos ahorraremos el tener que acudir al centro para devolver una prenda equivocada y tratar de recuperar la que corresponde a cambio.

Y es que incluso cuando las prendas no son idénticas, para los niños puede ser complicado diferenciarlas ya que no se fijan demasiado en los detalles, pero sí lo hacen en cordones de colores, parches con dibujos y otras marcas que pueden elegir ellos mismos.