Cambiar de trabajo para mejorar

por | 23 agosto, 2018

¿Cuántas personas conoces que estén descontentas con su trabajo? Resulta curioso escuchar una conversación sobre trabajo entre amigos porque todos se quejan, pero si hay que ponerse serio “mi trabajo siempre será mejor que el tuyo… a pesar de que me quejo”. Con todo, pocos de estos “quejosos” del trabajo tienen el valor de cambiar. Yo siempre hago la prueba cuando escucho a alguien maldecir su trabajo: pues cambia, búscate otro… Pero no es tan sencillo, claro.

Carlos sí tuvo el valor de cambiar para mejorar, harto de su trabajo de responsable de recursos humanos en una pequeña empresa de comunicación. A pesar de haber estado quince años en esa firma, y haber dado el do de pecho siempre que pudo, incluso sacrificándose por compañeros que luego le dieron la espalda, los jefes le negaron el aumento prometido lo que le llevo a la determinación de escuchar una oferta para dirigir un call center madrid.

Un amigo de Barcelona le había dicho que la empresa para la que trabajaba iba a abrir una delegación en Madrid. En un principio, Carlos ni lo consideró porque se alejaba un poco de su trayectoria, pero cuando se le ofreció formalmente el puesto y le hablaron de responsabilidades empezó a darse cuenta de que era hora de cambiar.

No solo se trataba del sueldo, que era prácticamente idéntico, sino del hecho de que se trataba de una empresa joven en la que iba a tener más responsabilidad y capacidad de liderazgo. Siempre hay un jefe, y en este caso debería dar cuentas la cúpula directiva en Barcelona, pero en el call center madrid sería el máximo responsable y con su experiencia en recursos humanos, consideró que estaba preparado para el reto.

Decir que no se lo pensó dos veces sería falso: se lo pensó mucho, sobre todo porque llevaba demasiado tiempo trabajando en el mismo sector y podría serle difícil adaptarse a otro, pero finalmente apostó por el cambio.

Ahora, cuando queda con sus amigos, Carlos prefiere no hablar mucho de trabajo y escuchar las quejas de los otros: él está demasiado contento para aburrir a los demás con su vida.