Históricamente, los turismos, motocicletas y caravanas usadas han representado una alternativa al mercado principal. Pero cada vez son más los consumidores que prefieren adquirir su vehículo de segunda mano, en lugar de acudir al concesionario oficial.
En el caso particular de las caravanas, la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Caravaning reveló que los españoles han adquirido tres veces más vehículos usados que unidades recién salidas del concesionario. La cuestión económica aparece como el factor principal para entender este fenómeno. Las caravanas y autocaravanas, por ejemplo, pueden adquirirse hasta un 50 por ciento más baratas en el mercado de la compraventa.
Al ahorro económico debe sumarse una depreciación menor a la experimentada en vehículos usados. La mayor parte de las unidades nuevas pierden un 10 o un 20 por ciento de su valor en el mismo momento en que abandonan el concesionario, y después de los primeros cinco años, se devalúan de un 30 a un 40 por ciento. Por el contrario, las unidades de segunda mano mantienen su precio de salida en caso de revenderse de inmediato, sufriendo además una devaluación sensiblemente menor con el paso del tiempo.
La diversidad de marcas y de modelos también es mayor en el mercado del vehículo usado. Dado que ciertas unidades discontinuaron su fabricación y algunas marcas están desaparecidas, los concesionarios sólo comercializan una pequeña parte del universo de vehículos existentes. En cambio, el mercado de la compraventa ofrece motos, coches y autocaravanas de todas las épocas.
Además, comprar un vehículo nuevo puede requerir varios meses de espera antes de que la unidad llegue a manos del cliente. Con los vehículos seminuevos y usados, la adquisición es inmediata, sin esperas. No obstante, carece de las garantías oficiales que sí presentan los modelos recién salidos de fábrica y que ofrecen un plus de tranquilidad en caso de sufrir una avería o una incidencia técnica.