¿Qué hago con mi sombrilla exterior durante el invierno?

por | 10 octubre, 2023

Las sombrillas para terrazas son imprescindibles para poder disfrutar de ese espacio al aire libre en un piso o ático, pero sin que el sol resulte una molestia. En algunos casos tienen tamaños bastante grandes, lo que puede ser un problema durante el invierno, ya que no queremos tenerla a la intemperie. Esto es especialmente importante si la sombrilla es de alta calidad y pretendemos que tenga una vida larga y mantenga sus cualidades.

Si se dispone de un trastero, la sombrilla puede recogerse y guardarse. Una buena idea es conservar en el trastero la caja de cartón en la que viene, de modo que podamos volver a introducirla y ocupe el menor espacio posible. De paso, queda muy resguardada del polvo. Si la sombrilla no es de gran tamaño puede guardarse también en una caja de plástico bajo una cama o en lo alto de un armario.

Pero cuando no hay espacio en el interior de la vivienda para guardar la sombrilla, una buena solución es adquirir una funda impermeable para la misma. Algunos fabricantes de sombrillas ya tienen fundas que se adaptan perfectamente a sus modelos, pero también se pueden adquirir fundas universales si no es el caso.

Estas fundas cubren toda la zona de tela de la sombrilla y se fijan o bien atándose con un cordel que la frunce o bien con sistemas de cierre diversos como cremalleras o clips. Hay que elegir una tela de calidad que no solo no deje pasar el agua, sino que tampoco permita que pase el sol. Así, los colores y todas las propiedades de la tela de la sombrilla se mantendrán. Y no aparecerán manchas ni daños.

La funda se puede dejar puesta durante todo el invierno, pero también se puede usar en verano para proteger la sombrilla cuando no se está utilizando. Así, la exposición al sol o a la lluvia es todavía menor. Con estos cuidados, conseguiremos que una buena sombrilla nos dure mucho tiempo y la inversión que hemos hecho con ella merezca mucho la pena.

Si la terraza está muy expuesta al viento, conviene asegurarse de que la sombrilla está bien anclada y de que no hace ruido. Si es necesario, se puede comprar una funda que la cubra totalmente y dejarla tumbada en el suelo para mayor seguridad. Pero si se cuenta con una buena base, normalmente no hay problema por dejar la sombrilla todo el año.